Por ejemplo, si una empresa inmobiliaria adquiere un inmueble que ya está estabilizado y genera flujo de caja, puede que no necesite emitir una petición de capital. La empresa puede utilizar el flujo de caja de la propiedad para financiar las reparaciones o mejoras necesarias.
Otro ejemplo es si una empresa inmobiliaria adquiere una propiedad con un único socio en lugar de con varios inversores externos o sindicación. En este caso, los dos socios pueden acordar compartir los costes de las reparaciones o mejoras necesarias. Esto eliminaría la necesidad de solicitar capital.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, las empresas inmobiliarias realizan llamadas de capital a los inversores. Esto se debe a que las llamadas de capital proporcionan a la empresa una forma de obtener capital adicional de forma rápida y sencilla. Esto puede ser importante en situaciones en las que la empresa necesita hacer reparaciones en una propiedad o cubrir gastos inesperados.
La cantidad de capital que se desembolsa varía en función de las circunstancias específicas. Sin embargo, suele ser un pequeño porcentaje de la inversión total. Por ejemplo, una empresa puede emitir una petición de capital por el 10% de la inversión total.