Los socios generales (GP) del sector inmobiliario comercial, o de cualquier otro ámbito de inversión, deben hacer frente a un sinfín de riesgos a la hora de establecer criterios para las operaciones y evaluar las oportunidades. Aunque existen numerosos factores de riesgo potenciales, los GP deben tener en cuenta tres de ellos:
Riesgo de mercado: Se refiere a la posibilidad de que el mercado en su conjunto, o un sector específico del mismo, sufra caídas o no funcione como se esperaba. Estos riesgos pueden verse influidos por factores económicos más generales, cambios en los tipos de interés o acontecimientos mundiales.
A la hora de establecer los criterios de operación, los gestores de inversiones deben determinar el nivel aceptable de volatilidad del mercado y la capacidad de la inversión para resistir las crisis generales del mercado. Por ejemplo, ciertos tipos de inmuebles pueden ser más resistentes durante las recesiones económicas, mientras que otros pueden ser más susceptibles.
Los GP deben evaluar el rendimiento histórico de activos similares en mercados comparables, estudiar las previsiones de mercado y comprender los factores que podrían influir en el mercado, como los cambios políticos o los grandes desarrollos infraestructurales.
Riesgo específico del activo: Se refiere a posibles retos o problemas específicos del activo o negocio en cuestión. Por ejemplo, problemas estructurales de un inmueble, litigios heredados o riesgos relacionados con los inquilinos.
Los criterios de la operación pueden establecer umbrales específicos para la antigüedad del edificio, las mejoras necesarias, los índices de ocupación o la solvencia del inquilino.
La diligencia debida es primordial en este caso. Las inspecciones físicas exhaustivas, las revisiones legales y las evaluaciones de los inquilinos pueden ayudar a identificar y cuantificar estos riesgos. Además, conocer los matices del mercado local y disponer de información sobre el terreno puede ofrecer una imagen clara de los retos específicos de cada activo.
Riesgo de liquidez: El riesgo de liquidez surge de la incapacidad de vender rápidamente un activo o salir de una inversión sin una pérdida sustancial de valor. En el sector inmobiliario, las propiedades son intrínsecamente menos líquidas que las acciones o los bonos.
Los GP deben tener en cuenta sus horizontes temporales y los de sus inversores, así como la necesidad de liquidez. Los criterios de la operación pueden dictar una estrategia de salida específica o unos plazos basados en estas consideraciones.
Is esencial analizar la liquidez histórica de activos similares en el mercado, teniendo en cuenta factores como el promedio de días en el mercado y las reducciones de precios. Los directivos generales también deben evaluar las condiciones generales del mercado que puedan influir en la liquidez, como la disponibilidad de financiación o la salud de la economía.